En el HCAM se procesan 122.000 kilos de lencería cada mes

El Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HCAM) cuenta con un área de lavandería, donde 35 personas procesan diariamente hasta 5000 kilos de lencería, utilizando maquinaria industrial, con un nivel de rotación de prendas que va de 3 a 4 veces al día.

Durante los siete días de la semana, en sus jornadas de trabajo, los auxiliares de lavandería se encargan de recolectar, clasificar, lavar, secar, planchar, doblar y entregar más de 40 tipos de prendas, entre blusas, camisas, sábanas, cubrecamas, cortinas, toallas, delantales, almohadas, escafandras, lencería de quirófano, entre otras.

Sus labores inician con la recolección de toda la lencería hospitalaria para luego clasificarlas y depositarlas en las 4 lavadoras centrifugas industriales, cada una con una capacidad de procesar hasta 300 libras.

Debido a la emergencia sanitaria, la dinámica de lavado cambió para mantener abastecido a todo el hospital con un tratamiento diferenciado para las nuevas áreas que albergan a pacientes diagnosticados con Covid.

Según informa Jorge Lucano, colaborador de esta dependencia, el personal labora en dos turnos, de 06h00 a 13h00 y de 13h00 a 19h00. Adicionalmente, velan los miércoles, sábados y domingos, para poder lavar toda la demanda. “Es un trabajo cansado, acá abajo hace mucho calor, sin embargo, somos recompensados con el agradecimiento del personal médico” afirma.

Cuando se activa el código para la movilización de lencería, de 2 a 4 personas con equipos de protección de nivel 4 y coches de transporte, suben a las áreas para recoger las prendas que se encuentran en fundas rotuladas. Ya en la lavandería se verifica que no tengan desechos y se procede con el lavado. “Inmediatamente después, coches y maquinaria se desinfectan”, explica Jaime Lema, auxiliar de lavandería.

El proceso de lavado para las prendas de áreas no Covid, dura 40 minutos; a diferencia de las 2 horas que toma dejar limpia la lencería de las áreas Covid, las cuales pasan por vapor a 70 grados, detergente, desengrasante, peróxido y cloro.

Posteriormente, Las prendas se clasifican y pasan a las cuatro secadoras para un procesamiento que dura entre 35 a 60 minutos dependiendo el tipo de material.

Después, pasan al área de planchado que se encuentra equipada con dos rodillos o calandrias para las sábanas, cubrecamas, fundas de almohada y campos plomos. Además de cuatro prensas para las camisas, batas de aislamiento, ternos quirúrgicos, escafandras, botas de protección, delantales, entre otros.

Jenny Roche, cumplió cuatro años como auxiliar de lavandería. Al igual que sus compañeros, se encarga de planchar, doblar y preparar la ropa. Finalmente, se verifica en un registro la cantidad de prendas que requiere cada piso y se la prepara para ser despachada. “En esta época tenemos sobrecarga de ropa, pero ponemos nuestro mayor esfuerzo para que el hospital tenga la lencería completa”, dice e invita a la ciudadanía a tomar todas las medidas de prevención para disminuir los contagios y evitar que aumente la cantidad de pacientes críticos.

“La lavandería, es el centro del hospital. Si paramos, no habría como atender a pacientes y médicos”, manifiesta Celia Alcuna, quien lleva 14 años trabajando aquí. “Nuestro equipo está capacitado para desempeñar todas las funciones, cuando tengo que realizar una tarea, dedico toda mi jornada a aquello, sin embargo, si puedo ayudar a otro compañero lo hago, porque tenemos que apoyarnos. Aplicamos todos los protocolos de prevención, incluso nos bañamos al salir. En mi casa me esperan mis tres hijas y mi esposo”, expresa.

Antes de la pandemia, mensualmente se lavaban 114.000 kilos de lencería de hospitalización y 26.000 kilos de los quirófanos. Desde marzo hasta julio, se procesó un promedio de 122.000 kilos mensuales en hospitalización y áreas Covid que representan alrededor de 70 mil prendas al mes; en quirófanos, la producción bajó a 600 kilos mensuales por la reducción de las cirugías.